Madrid, España 1962
Ana de Alvear utiliza arquetipos centrándose especialmente en la autoestima y su desarrollo. Utilizando recursos encontrados en obras o temáticas clásicas, utiliza peluches, que simbólicamente representan el maltrato infantil, ya que si matamos a un peluche lo que matamos es la inocencia, el juego, la niñez ….
Plantas e insectos también son de mentira, haciendo que paradójicamente todo lo que aparece como muerto, nunca vivió y por tanto invita al espectador a replantearse lo que ve, en lugar de conformarse con la primera impresión.
Estos arquetipos los utiliza con el fin de facilitar la identificación o provocar el rechazo en el espectador; viéndose éste abocado a tener que superar sus reticencias y llegar, de este modo, al conocimiento de su propia identidad poniendo en valor su desarrollo.
Identidad que es el ser en si mismo inmerso en su propia diversidad … con
infinitas formas, las aceptadas y las no aceptadas, positiva o negativamente.
El espectador se ve abocado a reflexionar sobre sus propios prototipos visuales
y sus arquetipos respecto a «lo infantil» o «lo adulto»,
pudiendo así, resolver este paradigma de forma individual.
A través de cuentos visuales se invita al espectador a encontrar los límites de sí mismo, teniendo la oportunidad de “moverse” de su entorno habitual o zona de confort.
El Espectador se ve envuelto en un diálogo que transforma su percepción física
y espiritual, cuestionando sus sentimientos arquetípicos al separar los
elementos de la realidad a la que pertenecen y cambiar su sentido intrínseco.
En sus trabajos de video, apela al espectador como individuo, sugiriéndole la
identificación con el personaje principal, lo que le permite «ver»
con otra perspectiva. Este nuevo punto de vista «nos da la oportunidad de
descubrirnos a nosotros mismos, porque ese “otro” nos permite vernos como a
través de un espejo».
Al mismo tiempo, la fascinación por la estética, en el sentido de simplicidad,
donde el microcosmos y el macrocosmos son intercambiables e interactúan
dentro de una poética, hace que esta metamorfosis sea posible, introduciendo al
espectador en un espacio lleno de emociones.
Ajustándose específicamente a cada espacio, en sus instalaciones
multidisciplinares interactivas la experimentación de nuevos materiales,
soportes y medios juegan un papel fundamental, considerándolos parte del
diálogo.
Desde 1997 colabora con su hermana María de Alvear (Compositora) por lo que parte de su obra está relacionada con producciones de música de vanguardia en una labor pionera en conciertos Multidisciplinares.
Desde 2003 realiza diversas colaboraciones junto a Eduardo Polonio Compositor de Música Electroacústica, así con el compositor Jorge Fernández Guerra desde 2010
En 2006 funda VIVA (Vital Internacional Video Art) concebido como espacio de encuentro itinerante, donde artistas internacionales puedan encontrar un punto de reunión para su discurso intelectual, creando una red expositiva en todo el globo, en colaboración con Comisarios, Galerías, Instituciones, Fundaciones y Colecciones Privadas.