Cabello/Carceller. Entrevista

Toni como David Bowie. © Cabello / Carceller, VEGAP, Madrid, 2021.

¿Cómo nació la idea de trabajar conjuntamente?

Fue en la época en que comenzamos a estudiar el Máster en Estética y Teoría de las Artes. Decidimos que queríamos trabajar en colaboración, un poco en contra de la idea del artista como genio, y que queríamos diluir nuestras identidades para que no hubiera una individualidad protagonista, magnificada, con la que se solía asociar a los artistas. Fue realmente una acción política y muy meditada.

Además, tenía también que ver con estar compartiendo estudio y ser conscientes de que la colaboración era un hecho que ya estaba ocurriendo; también con que había una implicación muy fluida entre unos proyectos y otros como para separarlos. Fue por lo tanto una mezcla de ambas cosas. Por una parte, una imbricación entre dos realidades y, por otra, percibir algo que te interesa: la deconstrucción de la autoría única y genial.

¿Fotografía, escultura, vídeo, performance… ¿cuál es la disciplina que mejor os define?

No hemos querido desarrollar una práctica disciplinar. De hecho, somos bastante indisciplinares: la indisciplina nos define mejor. Diríamos que, en todo caso, practicamos una cierta transdisciplinariedad.

Vamos eligiendo formalización según la idea se va desarrollando. Es la idea o el concepto en su encuentro con el contexto lo que nos lleva a una presentación concreta.

¿Vuestras performances siempre tratan sobre la reivindicación y la denuncia?

No diríamos que nuestras performances tratan sobre reivindicación y denuncia explícitamente. Hemos realizado acciones performativas que trabajan desde muchos puntos de vista y temáticas diferentes. La cuestión es cómo son leídas nuestras acciones desde fuera. Cómo son encasilladas muchas veces las performances que realizamos.

Quizá casi habría que darle la vuelta a la pregunta y comentar que muchas de las performances que puedes encontrar en los espacios expositivos no tienen una temática transgresora; es decir, que están intentando eludir políticas, fomentando la presencia de las subjetividades dominantes y todo en pro de integrarse en un magma acomodaticio. Por ejemplo, muchas de las performances que vimos en su momento, incluso fundacionales, eran, a pesar de sus modos de presentación experimentales, superpatriarcalistas e intentaban imponer un orden que nos quería convertir en sujetos no pensantes a los demás. Entonces, en ese sentido, no se sabe quién reivindica más y qué.

En nuestro caso, si lo único que quisiéramos fuera reivindicación y denuncia, nos dedicaríamos a la política y haríamos mítines. Estamos trabajando en otra dimensión, de creación de estéticas que alimenten las posibilidades de cambio para intentar rediseñar estas sociedades en las que vivimos. En este contexto, cualquier cosa que atente, digamos, entre comillas, “contra el orden dominante”, es considerado o visto como algo revolucionario porque da mucho miedo y el establishment trabaja muy activamente para que esos miedos protagonicen los procesos de recepción.

En los últimos tiempos son muchas las acciones feministas que se están realizando ¿fuisteis las primeras en España?

Creemos muy arriesgado que alguien afirme ser el o la primera en algo; la realidad de tu momento de vida no permite ni una mirada distanciada ni amplitud contextual.  Además, la historización posterior suele reescribir una y otra vez el pasado y, en el caso del arte, se tiende a recuperar hitos que pasaron desapercibidos o no tuvieron difusión en su momento -a veces por ser manifestaciones que solo posteriormente se han incluido o considerado como artísticas-, también se revisa desde la distancia el trabajo de quienes no quisieron conectar con el contexto en su momento. Sí hemos de decir que nuestras fuentes eran anglosajonas porque no teníamos referentes feministas aquí que afrontaran las temáticas que nos interesaban.

En el contexto español había pocas artistas que quisieran ser calificadas como feministas u orientar su trabajo desde esa perspectiva, se podían contar con los dedos de una mano, y menos aún de generaciones anteriores. Algunas además habían abandonado o desaparecido o no vivían aquí y muy pocas afrontaron temáticas menos complacientes, más hardcore. En nuestro caso, trabajamos abiertamente desde el principio no solo desde feminismo, sino también desde la disidencia sexual, claramente presente en las propuestas, y podemos afirmar que estuvimos muy, muy solas.

Sujetos Imprevistos. Foto Cordegat. © Cabello / Carceller, VEGAP, Madrid, 2021

¿Hasta qué punto es importante la participación del público en las performances?

La mayoría de nuestras performances son colectivas, pero no tanto por la relación con los públicos, como por la relación que se establece entre las personas que participan. Son experiencias que a menudo alcanzan un punto de catarsis. Teniendo en cuenta que muchas de las acciones están pensadas para acabar en un registro audiovisual, los públicos juegan un papel relativamente importante en la acción.

Por otra parte, cuando haces un evento público, con espectadores, un registro con vídeo no puede dejar una huella exacta de la riqueza experiencial que tiene el momento, parte del aparato sensorial desplegado en “escena” no es fácilmente traducible a las narrativas audiovisuales. Los públicos son imprescindibles para “activar” a los performers, pero no como elementos en movimiento participativo en sí mismos/as.

La docencia, ¿es vocación o supervivencia?

Supervivencia. Sin duda. El problema es que en España la enseñanza universitaria se ejerce de una manera muy normativizada y academizada, lo cual limita mucho las posibilidades de interacción. Podría haber tenido un punto vocacional si se permitiera muchísima más flexibilidad, también más horizontalidad y creatividad, si se incluyeran aspectos que tienen que ver con las prácticas artísticas pero que el régimen clasificador sitúa en un afuera secundario.  Aún se siguen dividiendo las áreas de conocimiento que sirven para contratar profesorado y repartir docencia en pintura, escultura y dibujo. Con eso ya está dicho todo.Además, tampoco funciona bien la “obediencia debida” que exige la Academia Española; la estructura está anquilosada, casi militarizada, aprovechándose de la precariedad de gran parte del profesorado, y tampoco se apuesta por la investigación.

Sería más interesante y eficaz si se pudiera generar un intercambio más real, si se pudiera establecer una enseñanza a través de talleres y seminarios en la que las y los estudiantes pudieran elegir con quién y qué estudiar y tú también con quiénes trabajar, como sucede en otros países europeos. Pero es imposible, dado el contexto académico actual. Un contexto que, por ejemplo, no permita dar clases conjuntamente sin penalizar la colaboración, en principio ya es discutible. Un contexto que a duras penas reconoce el trabajo artístico como algo potencialmente rico para los estudiantes, para la propia universidad, pues también, al final, termina desalentando los aspectos vocacionales y adquiriendo un carácter de supervivencia.

En la última edición de ARCO el Museo Reina Sofía ha adquirido vuestra escultura del 1994, Sin título ¿Es posible tener prestigio sin estar en los museos estatales?

¿Tenemos prestigio? Lo cierto es que, por el momento, sin estar en las colecciones públicas no es posible adquirir una cierta permanencia, o conseguir la difusión del trabajo. Máxime con un coleccionismo como el que hay en este país, que es prácticamente inexistente. Y es que, más bien, muchos coleccionistas compran para adornar conciencias o casas. No existe un compartir con el artista, o al menos en nuestro caso no lo hemos vivido. En ese sentido, en este país casi todas las colecciones que merecen la pena son públicas. Las colecciones con fundamento, las bien elaboradas y las más trabajadas, son prácticamente todas colecciones públicas.

¿Qué planes tenéis ahora mismo o en qué estáis trabajando?

Pues ahora mismo estamos preparando una exposición individual que se ha ido retrasando como consecuencia de la Covid. Tendrá lugar en el 2022, en Azkuna Zentroa, en Bilbao. Es en lo que estamos más centradas porque va a llevar producción nueva; estamos trabajándola con Paul Preciado. Ese es el tema que nos tiene un poco más centradas. Por otra parte, acabamos de inaugurar ahora una individual en la galería Joan Prats de Barcelona y también hemos hecho producción nueva.