
Fotograma de video. “Conversación”(serie la piel del mar)video: 00:01:50© Concha García, VEGAP, Madrid, 2021
¿Siempre quisiste ser escultora?
Curiosamente no. Cuando hice Bellas Artes, me licencié por pintura y grabado, toda mi formación la enfoqué a los procesos pictóricos. Y fue años después, en el estudio cuando el trabajo en silencio fue llevándome hacia procesos con la materia, el tacto, el volumen y los objetos… Es cierto que el grabado y la escultura tienen un nexo común en el modo de tratar la superficie, sin duda algo tuvo esto que ver, pero realmente creo que siempre tuve una sensibilidad especial hacia la materia y lo táctil. La pintura, el color y la bidimensión siempre me resultaron insuficientes y confusos
¿Qué importancia tiene la poesía, el microrelato, en tu trabajo?
Me encanta la poesía por su relación con el dibujo. Leo y releo mucho a José Ángel Valente y también poesía oriental, y siempre tengo la sensación de que es como estar trazando líneas y gestos de un dibujo inacabado, de un esbozo… pero que por ello es mucho más intenso y completo que un texto cerrado o que un dibujo muy elaborado.
El texto y la escritura como dibujo, me interesan desde hace mucho tiempo. El gesto se configura en escritura y la escritura en trazo, pero no sólo como cuestión formal, también como tiempo de una imagen. He realizado últimamente unos proyectos en video, que me generan mucha curiosidad. Descubro a través de ellos cómo organizo el espacio de la narración, en tiempos de ruidos y silencios, al igual que en el dibujo o en la escritura se construyen los espacios y los tiempos del relato.
¿Dónde estás más cómoda en la gráfica o en la escultura?
La verdad es que en gráfica he trabajado muchísimo en una época y siempre he seguido vinculada a ella por mi labor docente. La gráfica como proceso técnico en ocasiones supone un despliegue de medios que complica mucho la logística en el estudio. Por ello temporalmente fui alejándome de ella, pero incluso cuando hago escultura, la gráfica está presente.
En mis últimos trabajos en cerámica, realmente me di cuenta de que estaba realizando grabado en todo su concepto.
¿Crees en el oficio y lo manual?
Es muy importante para mí. Entiendo que no ha de ser una condición de toda obra, pero reconozco que es en el proceso y la relación con los materiales donde me siento cómoda, busco y encuentro respuestas a mis preguntas.
Tampoco soy partidaria de un conocimiento excesivamente técnico. Conscientemente juego a perderme en procesos en los que no me siento muy segura, pruebo y me inicio a menudo en técnicas que desconozco, sin tener demasiada información al principio, por la simple curiosidad y pulsión de perderme…después ya hay tiempo de ajustar. Cuando la técnica se impone es difícil que el proceso te sorprenda y te mantenga con la curiosidad suficiente para entender qué es lo que buscabas.
Trabajas con lo cotidiano ¿Te planteas la escala del mismo modo?
Proyecto sobre los objetos de mi entorno, y el doméstico es el más próximo. A menudo utilizo los objetos a escala real (sofás, sillas, mesas, armarios… )
En un momento dado, y por razones de salud no podía físicamente trabajar con objetos reales, y acudí a miniaturas… me encantó esa opción, pues podía reinventar en miniatura historias del mundo real (un poco como en Alicia…). Aplicando la cámara fotográfica o de video, comencé a recrear mundos oníricos sobre los entornos cotidianos a través de las miniaturas. Empecé a utilizar las escalas para generar falsas realidades, ampliando las imágenes a partir de las miniaturas. Lo real y la ensoñación a menudo se confunden, y la escala es un elemento que ayuda a crear esa ficción.
Transformas los materiales pesados en frágiles y los frágiles en resistentes ¿Juegas con los significados?
Utilizo los materiales como metáforas de la condición humana. La fragilidad y la fortaleza son conceptos que a menudo equivocamos, o que tenemos prejuzgados.
La fragilidad llega a su extremo cuando algo se rompe, se quiebra o desvanece. Pero al igual que le ocurre al ser humano, cuando se rompe, enferma o quiebra, puede recuperarse y salir con una fortaleza inesperada.
Los materiales considerados frágiles, como el papel los he utilizado en ocasiones para forzar esa mirada frágil en apariencia. Los he cortado en finas tiras (hecho trizas literalmente)y recompuesto en grandes superficies devolviendo al espectador una superficie de papel absolutamente escultórica y potente.
Creo que esto tiene bastante que ver con la condición femenina… La fragilidad y la fortaleza son conceptos ambiguos y confusos.
Me encantan los materiales frágiles, por su vertiginosa capacidad de ser rotos. Rompo cerámicas en mil pedazos, las reconstruyo, y cuando reaparecen son más interesantes y hermosas que en aquel estado perfecto.
Las grietas al igual que las heridas, son indicios de que algo ocurrió, y por ello hacen que sintamos atracción y curiosidad por descubrir su historia.

En tu proyecto La Piel del Mar y como segunda parte Solo el corazón tiene la sequedad de la piedra tardaste cuatro años ¿Cómo te planteas el tiempo en tus proyectos? ¿ están abiertos?
No soy muy consciente de esto hasta que veo resultados… En ocasiones inicio un proyecto y lo abandono, y años después lo retomo, o encuentro su razón de ser.
En el caso de “La piel del mar” y “sólo el corazón tiene la sequedad de la piedra”, son proyectos que han sido testigos de la última década de mí vida, en la que muchas cosas se fueron enlazando en ese tiempo. A menudo el proyecto toma título en un momento del proceso, y otras veces tarda años en aparecer hasta que doy por entendido y cerrado el proyecto.
Creo que mis proyectos siempre están abiertos, como dices… incluso a veces pienso que realmente siempre estoy en el mismo proyecto…
En 2020 expones en Whitechapel de Londres ¿Cómo ves la internacionalización de las artistas?
Si, Una obra mía adquirida por la Colección Caixa hace tiempo, forma parte de la exposición “In the Eye of Bambi “, un precioso proyecto que parte de la selección y mirada de la escritora argentina Verónica Gerber Bicecci, en una de las salas de Whitechapel gallery.
Esta participación en una exposición fuera de España después una trayectoria de más de 30 años de carrera artística, debiera ser una situación habitual en cualquier artista de mi generación, pero realmente es un esfuerzo titánico.
La internacionalización de los artistas españoles es un esfuerzo individual a un coste personal altísimo. No existen cauces ni puentes por los que transitar desde el mercado español. Es, como ha sido siempre una cuestión prácticamente personal… siempre con la opción de irte de tu país.
No se valorar con rigor las diferencias entre hombres y mujeres en este sentido, evidentemente una mujer a menudo tiene una carga familiar añadida…
Crees que fue buena elección residir en Madrid? ¿Te ha ayudado en tu carrera?
Sin duda para mí si fue una buena opción. Trabajar en Madrid viniendo de una ciudad pequeña como Santander siempre me ha aportado otra mirada más amplia en el terreno del arte y en el ámbito personal. También he sido consciente de haber sacrificado muchas ventajas y comodidades que tenía en mi provincia. No ha sido fácil en muchos momentos, pero el balance si puedo resumirlo como positivo.
¿Te has sentido discriminada alguna vez por ser mujer?
Me he sentido “agotada” de ser mujer: mujer artista, mujer madre, mujer hija, mujer trabajadora, mujer docente, mujer esposa….Me he sentido “ confusa” de tener que ceder mi tiempo, trabajo y esfuerzo simplemente por el hecho de ser mujer… Me he sentido “utilizada” por ser mujer, en proyectos para mujeres que sólo pretendían cubrir la cuota de género políticamente correcta…. Me he sentido “culpable” por intentar explicar que a pesar de todo también me sentía privilegiada por vivir en el mundo y la época en la que me ha tocado vivir…
Pero también me he sentido “afortunada” de ser mujer, por haber disfrutado de la intensidad y fortaleza de sentir como mujer.