Esther Pizarro. Entrevista

MAFD] :: Mapping Active Fire Data, 2018
Fibra de madera, varilla de borosilicato, metacrilato,  Leds (WS2812B), Enttex Pixelator Mini, Plink Injector (7 und.), transformador (7 und.),
Núcleo central: 230 x 155 x 100 cm (h)
10 módulos: 40 x 40 x 109,5 cm (h) /unidad
© Esther Pizarro , VEGAP, Madrid, 2021

¿Cuándo decidiste estudiar Bellas Artes y sobre todo cuando decidiste ser escultora?

Desde pequeña había tenido facilidad para dibujar y para fabricar cosas, cuando llegó el momento de ir a la universidad, fue la opción que más me interesó. No se decide ser escultora de la noche a la mañana, tampoco artista. Recibes una formación y hay muchos otros factores que tendrás que seguir trabajando si quieres llegar a realizar una carrera artística en un marco profesional. Mi forma de ver el mundo es tridimensional, de ahí que mis respuestas artísticas ante los retos que me planteo utilicen el espacio de forma activa. No creo en los límites clásicos de categorías artísticas, hoy en día el artista se mueve de forma fluida entre múltiples lenguajes, dependerá de qué quieras contar con tu trabajo y de cómo.

Vemos por tu trayectoria que la formación es muy importante para ti. ¿Qué importancia le das a estudiar fuera de España?

Considero que un artista nunca termina de formarse, eso es lo apasionante del Arte. Estamos continuamente aprendiendo. No se trata tanto de estudiar fuera de España, como de tener experiencias fuera de tu cultura y del país donde has nacido; que te permitan crecer, conocer otros modos de pensamiento, otras culturas, diferentes sistemas académicos o nuevos referentes visuales. En mi opinión, es fundamental como artista poder tener estas vivencias que te acompañarán a lo largo de tu vida.

¿Por qué te interesa la conectividad entre las ciudades?

Vivimos en un mundo conectado y globalizado, donde las ciudades en su concepción clásica han desdibujado sus límites (físicos, geopolíticos o económicos) para volverse líquidas, fluidas y conectadas. Este cambio de paradigma en la percepción de nuestro espacio más inmediato y social, la ciudad, es el que estoy investigando en mis proyectos más recientes.

#NiUnaMenos, 2019
47 tubos de vidrio de borosilicato de 85 cm de longitud, 99 círculos de papel secante, 99 cartelas de papel secante grabadas al láser, cinta adhesiva roja
2030 x 510 x 300 cm (h)
© Esther Pizarro , VEGAP, Madrid, 2021

¿Cuál es tu investigación sobre los materiales que utilizas?

Desde mis trabajos más iniciales la experimentación con materiales ha sido algo que ha estado presente en mi evolución artística. Considero que el material o materiales que conforman cada nueva obra o instalación tienen que ser los que mejor expresen el concepto que en ese proyecto estoy trabajando. El material no es solamente un ente físico, sino también psíquico y emocional. El material contribuye a que el concepto tratado se potencie en la metáfora visual que constituye la obra de arte. Trato de no acomodarme en materiales que ya haya trabajado, me apasiona investigar los límites de cada nuevo material que encuentro y tratar de encontrar paralelismos entre ellos. Cada material expresa algo distinto.

Cada vez tus proyectos son más grandes y complicados. ¿Cómo afrontas el problema de la financiación?

La financiación constituye el pilar pivotante que hace que el proyecto salga adelante o no, además de ser una fase crucial en el proceso creativo. Una parte importante del tiempo en el estudio, lo dedico a buscar fuentes de financiación privadas o públicas, competitivas o no competitivas. Esta labor es bastante agotadora, no solo por el tiempo que lleva sino también por la energía que consume. Las grandes instalaciones no son comerciales dentro del mercado del arte, por lo que precisan de recursos externos que hagan posible su viabilidad.

Como profesora titular de escultura en la Universidad Europea ¿Cómo te ha enriquecido esa relación? ¿Te ha ayudado en tu trabajo?

El trinomio investigación-docencia-práctica artística constituye la base donde se asienta todo mi trabajo. La docencia es tremendamente enriquecedora, te exige estar continuamente formándote y aprendiendo. También te ocupa mucho tiempo. Trato de llegar a un equilibrio impulsando estos tres canales, que se constituyen como vasos comunicantes, reforzándose entre sí, en mi práctica profesional. Todo está conectado e interrelacionado. Son nodos de una red mayor.

¿Cómo es ser una artista de media carrera en España?¿Crees que hay suficiente respuesta por parte de la administración y el mundo de la cultura?

El artista de media carrera se ha convertido en los últimos tiempos en el gran olvidado del sector cultural. Apenas hay convocatorias de financiación de proyectos a las que te puedas presentar, la gran mayoría de las ayudas administrativas o privadas van destinadas al sector emergente. El sector privado de las galerías también está más interesado en trabajar con artistas jóvenes, ya que sus precios son más competitivos en el mercado. Las instituciones en su gestión, agudizadas por la crisis económica de la pasada década y por la actual pandemia, se están quedando sin recursos y en su programación incluyen exposiciones de su propia colección, coproducciones o exposiciones colectivas comisariadas. La franja de recursos a los que puede optar el artista de media carrera es cada vez menor, con la gran paradoja que es en este periodo donde se encuentra en su mejor momento, con un lenguaje ya maduro y una experiencia profesional que le respalda.

¿Crees que las artistas españolas están suficientemente valoradas en el campo internacional? ¿A qué se debe?

Absolutamente no. El arte español apenas traspasa las fronteras nacionales y cuando lo ha hecho ha sido con nombres masculinos. A pesar de haber grandes artistas mujeres, con una carrera muy consolidada en nuestro país, no consiguen posicionarse en la red internacional del arte con nombre propio. No hay un tejido cultural que desde la administración impulse la internacionalización del arte español, si además añadimos la cuestión de género, la cuota prácticamente es inexistente. Lo mismo ocurre desde el sector privado. Las galerías españolas tienen una presencia muy pobre en ferias internacionales de renombre y entre el elenco que artistas que llevan a estos contextos, prefieren optar por artistas extranjeros, en lugar de españoles, siendo la presencia de mujeres artistas casi nula. El apoyo al arte español es completamente insuficiente y el respaldo a mujeres artistas, que se muevan en un ámbito profesional, es mínimo.

Respecto a tu proyecto #NiUnaMenos ¿Crees que la aportación del arte ayuda a la concienciación sobre la violencia de género? ¿Se queda en un mero gesto?

Sin duda el arte ofrece a la sociedad una mirada disruptiva, un prisma desde el que mirar una emergencia social de forma distinta a la que estamos acostumbrados a ver en los media. La instalación #NiUnaMenos trata de visibilizar mediante una metáfora artística una lacra social que llevamos arrastrando toda la vida. Nos muestra, mediante la evidencia de los datos, los nombres y edades de todas las mujeres asesinadas por violencia de género en un año. Se trata de una instalación viva y abierta; un homenaje a las víctimas, donde éstas adquieren un espacio propio y no se quedan en una mera estadística.

¿Cómo puedes conciliar el ser artista, profesora y madre?

No es fácil. La exigencia de estos tres ámbitos es tremenda y el día solo tiene 24 horas. Cuento con apoyo y ayuda en mi entorno más cercano y trato de aprovechar el tiempo al máximo, planificando y optimizando todo lo que puedo cada momento. La capacidad de concentrarse en lo que estés haciendo en cada momento también es muy importante. Mucho trabajo, esfuerzo, ilusión y creer en lo que haces es lo que da viabilidad al día a día.