Marina Vargas piensa que la cultura visual del barroco aún es fecunda. Que ella puede todavía proveer imágenes, retórica, recursos estilísticos, códigos, temas y motivos susceptibles de ser recuperados y reinterpretados para responder a de manera original a las necesidades expresivas de nuestra época. Cuestiones como la idolatría, la muerte y la violencia, el culto a las armas y la femineidad son motivos recurrentes de su arte, que ella ha procesado a partir de sus referentes barrocos para producir imágenes de una incisiva actualidad. También ha sabido darle una nueva oportunidad a los emblemas e incluso a la heráldica que, en su caso, son medios de codificar en clave esotérica las experiencias contemporáneas. La versión, reiterada en esculturas e instalaciones, de una célebre escultura de Miguel Ángel, en la que no es Cristo quien yace en el regazo de la Virgen sino la Virgen en el suyo, es un emblema de su arte.