Paula Anta. Entrevista

Paula Anta© Palanteer, serie Khamekaye

¿Cómo es la experiencia de hacer un doctorado entre dos países tan diferentes en materia de educación como España y Alemania?

Todo el proceso académico, en general, es bastante complejo y la parte burocrática puede convertirse en una experiencia verdaderamente tediosa. El hecho de realizar una investigación en dos países con estructuras académicas tan diferentes hizo que muchos procesos se convirtieran en algo realmente complejo. Por ejemplo, tanto para el supervisor de mi tesis en Alemania como para los miembros del tribunal, se requería, desde mi universidad española, que fuesen doctores. En Alemania, hasta hace muy poco, no existía el doctorado en las Academias de Bellas Artes, porque lo que realmente se valora ahí es la trayectoria artística por encima de la trayectoria académica. Así pues, tuve que buscar profesores de otras especialidades, como Historia del Arte o Psicología de la percepción, que pudiesen, además, estar especializados en el tema de mi investigación relacionada con la teoría de la imagen y más concretamente, de la fotografía. Contacté con personas realmente importantes en el mundo del arte que estaban encantadas de participar en mi tesis, pero tuve que decirles que su participación no era posible ya que no eran doctores.

¿Cuál es tu relación con la naturaleza?

La naturaleza es nuestro origen, nuestra madre. En todas las culturas del planeta se dice “Madre Naturaleza” desde casi el origen del hombre. Estamos vinculados a ella, aunque, desgraciadamente, cada vez nos sintamos más alejados, hasta el punto de no comprenderla o no sentir nuestro vínculo con ella. Para mi, la naturaleza es volver al origen, conectar con estados más profundos de nuestra procedencia. Muchas veces es algo inconsciente, pero intento tomar consciencia de esa conexión. No me refiero a algo místico, sino a un reencuentro

Eres una fotógrafa muy abierta y viajera ¿Qué buscas y que encuentras en tus viajes?

En realidad, no es una búsqueda sino un descubrimiento. Cada proyecto tiene una génesis distinta. Unos surgen de un viaje, leyendo o paseando por un bosque. En primer lugar, está ese descubrimiento, un tema, un lugar, una luz, un elemento concreto, aunque es verdad que hay lugares que facilitan mi predisposición hacia ese descubrimiento. Puedo partir, por ejemplo, de un paisaje, de un espacio arquitectónico, situaciones que pueden parecer espontáneas (ninguna imagen es forzada o, mejor dicho, no fuerzo las situaciones). No hay una impostura, no hay un forzar lo que se está contando. Esto me lleva a la producción de los elementos que configuran la imagen, la creación de una escenografía, un objeto que va más allá de su dimensión natural. El viaje supone observar desde un punto de inicio, sin interferencias o sin prejuicios. Es preciso estar abierto al descubrimiento porque todo es nuevo y comienza de cero. Es un volver a comenzar, a descubrir y a integrar con la sensibilidad personal.

Háblanos sobre tu proyecto Hendu.

Realicé la serie Hendu en Mauritania en el 2014. Fue un proyecto precioso en colaboración con Oxfam Intermon. Las circunstancias no eran las más fáciles, pero había una fascinación. Para mi fue un reto porque yo buscaba vegetación y lo único que encontraba era desiertos y arena. Así que decidí trabajar con eso. En un país muy pobre, encontré riqueza. En un país radicalizado, encontré paz. En un país destrozado, encontré misterio. Había que saber ver más allá de lo visible, pero estaba ahí y eso es lo que quise representar en mis imágenes de grandes nubes de arena, que yo producía y que tapaban el paisaje dejando entrever ese misterio, esa calma y esa riqueza en lo más pequeño y lo más inmenso.

Paula Anta© FACES, serie Nudos

Trabajas con series. ¿Están cerradas o interaccionan entre ellas?

Todas mis series permanecen abiertas, desde la primera Journal de Hotel hasta la última. Muchas también dialogan entre ellas, aunque, en apariencia, puedan parecer muy distintas a nivel formal. Los temas vuelven, aunque se representen desde diferentes enfoques, porque están en nosotros. Siempre he pensado que los artistas somos bastante obsesivos, profundizamos y profundizamos durante toda nuestra vida en dos o tres temas a través del proceso creativo.

¿Existe la fotografía conceptual?

Por supuesto.

Háblanos sobre la hiedra en tu obra

La hiedra aparece en mi serie Edera, que realicé en Roma cuando disfrutaba de la beca de la Real Academia de España en Roma. Observé que había muchas edificaciones invadidas por plantas invasoras y especialmente por diferentes tipos de hiedras. Quise utilizar el elemento de la hiedra como objeto de diálogo entre la naturaleza y la arquitectura. Mi obra trata especialmente sobre la Naturaleza y la artificialidad, y me he centrado en muchas series, en los elementos arquitectónicos como creadores del “artificio” a través de la mano del hombre. Las hiedras trepaban por las paredes y por todo tipo de superficies y cubrían las líneas rectas de las diferentes arquitecturas para convertirlas en formas orgánicas. En mi serie Edera yo invadía diferentes superficies de espacios arquitectónicos a través de una hiedra negra y artificial que casi hacía desaparecer esa superficie.

¿Es importante para una artista la investigación en su trabajo?

En mi caso sí.

¿Piensas que son suficientes los premios y ayudas para promocionar a las artistas?

Creo que para promocionar a un artista se necesita mucho más que premios y ayudas. Se necesita una estructura sólida; un cambio de mentalidad, situar el valor real que le pertenece. El apoyo no debe ser únicamente material, que también es importante, sino que debe existir el respaldo de toda una sociedad que esté convencida de que el arte es un valor fundamental, no algo que sirve únicamente para decorar las casas de la gente rica.

¿Piensas que la mujer artista está suficientemente valorada y representada en España?

En absoluto.