Pilar Albarracín. Entrevista

Lunares / Dots 2004 Acción. Documentación videográfica y fotográfica, 1’ 26”
Performance. Video & photo documentation, 1’ 26” Formato 4:3. 4:3
© Pilar Albarracín, VEGAP, Madrid, 2021

¿Cuál crees que es el motivo de esa gran afluencia de público en tus exposiciones?

El público, en general, necesita empujones; están demasiado acostumbrados a la ficción y, cuando ven actos con verdad, acuden. No es imprescindible que se trate de obras perfectas, pero sí que estén basadas en la verdad. También es el tema que más me interesa a mí. Uno de los días que estuve en la exposición en Tabacalera-Madrid, una señora me comentó “…me ha encantado la exposición porque a mí se me habían ocurrido todas esas cosas, pero no las he hecho”. Por comentarios así, merece la pena seguir. Es maravilloso llenar espacios vacíos con un público plural; que asista gente joven, gente más madura, hombres… todo el mundo.

¿Cómo te relacionas con el espectador y cuál es su importancia?

Considero la presencia del espectador muy importante; es el que importa realmente, puesto hace que una parte de tu obra se independice y tome otra vida. Las reinterpretaciones, al final, son lo más interesante, lo más imprevisible. Como artista, puedo prever por empatía o por propio deseo, pero hay otra parte que realmente es la gran aportación que el espectador hace, y que consiste en el hecho de aportar sus propias experiencias a la interpretación de los trabajos; eso me parece muy interesante. Me encanta que haya varios niveles de interpretación: unos más físicos, otros más profundos, algunos superficiales… Me gusta ver cómo una obra contiene todas estas posibilidades, y que todas ellas puedan estar dentro de un mismo objeto. Sí, es muy importante. Y creo que, además, se trata de una relación muy basada en el respeto.

¿Las palabras respeto y arte pueden ir en la misma frase?

Creo que tanto el espectador debe aprender a respetar los lenguajes de los artistas, como los artistas debemos aprender a respetar las interpretaciones de sus trabajos.

¿Tu obra Guapa tiene una lectura sobre los piropos? Hay mujeres que se siente agredidas por ellos.

Volvería a hacer Guapa siempre. A las mujeres nos viene muy bien decirnos todos los días ¡Guapa!, por muchos motivos, y lo haría una y mil veces.

¿Cuánto hay de autobiográfico en tu obra?

Pues yo creo que hay una gran parte de autobiografía, pero mezclada también con imaginario. Llega un momento en el que, realmente, no es fácil distinguir una parte de otra. Aunque, a lo largo de mi trayectoria, sí pueden observarse muchos puntos en los que reincido, por tanto, es fácil conectarlo. Siempre dejo la posibilidad de encontrar los orígenes de las preocupaciones, de las obsesiones o de ciertas cosas. Siempre doy las claves.

¿Qué nos puedes contar sobre tu obra No comments, en la que apareces fumando con aparente calma, mientras tienes la espalda acuchillada?

Normalmente, pienso que la obra no está terminada hasta que se interna en el entramado social. Esta obra tiene ese título porque creo que está suficientemente claro lo que dice la imagen. Aunque la interpretación es libre, el artista, -en este caso, yo- controla el número de entradas del imaginario colectivo y sabe que el noventa por cierto puede opinar de una determinada forma, y el otro diez por ciento, de otra. Y ello se debe a que cada cual traslada la imagen a sus vivencias personales o colectivas, que vienen marcadas por la educación que le ha proporcionado su cultura. En este caso, yo arrastro unas cuantas puñaladas en la espalda, pero sigo fumando tranquilamente. Quiero decir que la vida continúa; nosotras moriremos, pero parte de nuestro arte y de nuestro mensaje quedará, pese a todo. El pulso de la sociedad en la que le ha tocado vivir al artista, si la ha sabido transmitir, le rescatará.

Y de todas tus obras, ¿cuál es cien por cien Pilar Albarracín??

Ninguna y todas.

¿Piensas que el arte puede cambiar ideas?

Sí, pienso que las puede cambiar. No me refiero a un cuadro concreto, o a una fotografía que se cuelga en un museo, o a una instalación…, sino al arte como forma de vida.

Sin título (Torera)
2009
Fotografía color.
Colour photograph.
200 x 125 cm.
© Pilar Albarracín, VEGAP, Madrid, 2021

 ¿Sientes que las instituciones se ocupan de nuestras carreras?

No demasiado. Siento que la cultura, en general, es como un gran desconocido. Se potencia mucho la carrera de un artista cuando se vislumbran unos futuros beneficios, pero no cuando aún está desarrollándose, aunque, indiscutiblemente, su obra constituya un buen caldo de cultivo. Lo interesante de la cultura no es solamente lo que sale a flote, sino ese caldo de cultivo donde hay un montón de ilusiones, un montón de movimientos, sin los cuales sería imposible que surgiera otro tipo de cosas. Quizá, interesa más políticamente un arte mucho más individual, con nombres propios y apellidos, y no un arte colectivo. Yo comparo este último con un guiso. El ingrediente principal es el caldo, pero puedes añadirle fideos, arroz, sal…, lo que desees. Pues bien, el arte colectivo es como ese caldo enriquecido, no consta de un único ingrediente, sino de muchísimos.

En ese sentido ¿Te sientes afortunada?

Es posible que haya tenido la suerte, y también la responsabilidad, de tener más acceso a medios públicos, de comunicación…, pero también he sentido la obligación de no utilizarlos en beneficio propio, sino con el objetivo de beneficiar a la comunidad

En esa clave política ¿piensas que el hecho de ser española constituye un hándicap?

Pues mira, sí. Justamente esta mañana estaba hablando de este tema; cómo en otros países se desarrollaba una especie de orgullo por el hecho de haber nacido en ellos, en tanto en España, la circunstancia de ser español había adquirido actualmente una connotación un poco negativa, posiblemente por la apropiación continuada histórica de ciertos valores asociados a lo español. Y es una pena, porque realmente se está produciendo mucho rechazo de cosas que son muy interesantes y que forman parte de nosotros y de nuestra vida diaria, no solo aquéllas relativas al pasado, también a nuestro presente y a nuestro futuro. Es una pena esa apropiación del simbolismo que nos impide disfrutar de una forma renovada. En fin, que ser española puede resultar muy romántico, pero también muy difícil.

¿Y ser andaluza?

Ser andaluza también. Últimamente, los regionalismos están teniendo connotaciones negativas. Me da mucha pena, porque deberían potenciarse estas diferencias especiales en lugar de considerarlas distancias. En materia de tópicos, lo de ser andaluzas quizá te marca mucho más. Para bien y para mal. Al final, hay millones de matices. El mundo no es dual. Es como una continuación azarosa de muchos factores.

En el contexto andaluz, ¿te ha ocasionado muchos problemas tratar esos temas tan arraigados en la tradición religiosa, cultural y social de la manera en que tú lo haces?

Sinceramente, no creo que en un contexto general importe demasiado lo que hacemos los artistas y, si lo ha supuesto en algún momento…, pues no me he dado cuenta.

Llevas años denunciando la violencia de género. ¿Crees que, aunque ahora sea visible, podemos acabar con ella?

Desafortunadamente, no creo que podamos acabar con ella. Lo que sí podemos es contribuir a educar un poco a las nuevas generaciones para que en un futuro se pueda erradicar.